Historia de un proyecto Meridiano

Comenzamos esta historia hace ya más de un año, 

hablando entre fiesta y fiesta de cómo mejorar la diversión cuando los años nos conduzcan a la jubilación y liberados de obligaciones laborales podamos dedicarnos en cuerpo y alma a cultivar la amistad y a remediar los achaques que por el camino pudiesen interponerse. En estas estábamos cuando en un congreso de la asociación de mayores UDP, celebrado en el último noviembre en Cádiz se presentó un grupo llamado Jubilares  promoviendo el desarrollo de proyectos de vida en común tras la jubilación. Mas o menos por esas fechas oímos igualmente hablar del proyecto de residencia autogestionaria de mayores de la cooperativa Trabensol en la localidad madrileña de Torremocha del Jarama.  Proyecto que por cierto se inaugura el próximo 29 de Junio con una fiesta en la propia residencia.

Poco después, tuvimos oportunidad de comentar estos proyectos, 

paseando por la laguna del Tobar y bajo la hoz de Beteta acordamos entrar en contacto con los jubilares e invitarles a que nos presentasen sus propuestas. Algo con lo que comenzamos el año en el restaurante la vaquería Suizadonde Miguel Angel Mira, presidente de la Asociación Jubilares, nos sugirió constituir lo que el denomina un jubilar, comunidad autogestionada de mayores que viven en un entorno diseñado por ellos mismos. Para poder llevarlo a cabo es necesario la existencia de un grupo inicial de personas dispuestas a ello, es decir de un grupo promotor de los futuros residentes que habrían de constituirse en  una cooperativa de cesión de uso para la construcción de apartamentos independientes, pero con servicios comunes dirigidos tanto a la atención de los residentes como al desarrollo de proyectos participativos con la comunidad.  El primer paso del grupo promotor consistía en decidir la localización y características básicas del jubilar.
Al concluir la presentación, la mayor parte de los asistentes decidimos reunirnos de inmediato para comentar lo escuchado, cosa que hicimos en casa de Mariaje y Fernando. De esta reunión surgieron los primeros acuerdos del grupo respondiendo a nuestras propias características  y necesidades, siendo la edad la que más nos condicionaba.  Hay quienes tienen poco más de los 50 años y quien ya ronda los 70. Eso hacía que, los destinos más o menos exóticos como el Hotel Marigold o los dorados como el Mediterráneo o los Pirineos, tuviésemos que dejarlos de lado.  Nosotros no éramos un jubilar “al uso” inicialmente previsto, es decir personas ya jubiladas que deciden retirarse juntas. Somos un grupo de personas activas, en lo profesional o en lo anímico, y entre los que a muchos, dada la manía que les ha entrado los gobernantes por retrasar al edad de jubilación,  todavía nos falta unos años para disfrutar del retiro. Así que, dado que en el grupo había numerosas personas que cansadas de recorrer kilómetros y kilómetros para ver a los amigos querían ya vivir en común, se decidió que el lugar del jubilar debería encontrarse en el foro o a lo más a 30 o 40 minutos en transporte público de Madrid. Todo ello no quita que en el caso de un enriquecimiento súbito del grupo, el destino podría replantearse o multiplicarse. Para lo cual optamos, poco tiempo más adelante, por jugar juntos a la lotería.
Tras aquella reunión, en la que las personas interesadas en continuar con la aventura llegamos a la decena,  comenzó un frío y lluvioso invierno que en este 2013 se abatió sobre Madrid, acarreando más de un constipado, artrosis y reumas varios. Las visitas a convalecientes y las fiestas punkis y hippies organizadas para mejor pasar el frío fueron oportunidad para seguir conversando y profundizando en el tema, avanzando con ilusiones y compromisos en el viaje que habíamos decidido iniciar juntos.
Así en Camporreal, Maribel, pese a su lumbalgia,  se hizo cargo de la lotería y Julia continuando en la senda de su venturosa iniciativa norteamericana nos condujo hasta la corporación municipal de Torrelodones para sondear el suelo que disponían para proyectos como el nuestro.
Pero no avancemos acontecimientos pues el relato de lo que ha sido la experiencia desde que la iniciamos da casi para un libro o si me apuráis una peli que nada tendría que envidiar al “Hotel Marigold”. Así pues que, aun sin tener en esta nota afán de exhaustividad, cosa que con la ayuda de quienes participáis en el asunto podremos  alcanzar, en esta obra que o es colectiva o nunca llegará a buen fin, intentaré antes de llegar a los terrenos destacar algún que otro hito importante del nuestra historia.

Y este tuvo lugar un sábado del mes de mayo, 

de los pocos que en ese quedaron libres de puentes, acueductos y otras fiestas de guardar. Después de haberlo decidido en otra previa reunión en casa de Julia al olor de los churros  y entresijos de las fiestas del Isidro.  Ese sábado, en los locales de la escuela de mayores de UDP que no UPyD, en la calle Santa Cruz de Marcenado, nos reunimos de nuevo con Miguel Angel y los jubilares para explicar su proyecto a amigos y amigas de los miembros del grupo promotor que habían prestado atención al relato que les habíamos hecho de nuestra intención de vida en común.
Miguel Angel volvió a relatar su propuesta haciendo hincapié en la importancia del grupo promotor, el diseño de las viviendas tipo apartamentos, el proyecto social común y la conveniencia de llevar adelante un taller en 10 sesiones para aunar los intereses del grupo, que finalmente se decidiese a acometer la construcción de las viviendas.  Miguel Angel también nos invitó a visitar la casa que había construido en una urbanización de la Granja para que conociésemos su estilo y diseño, comprometiéndose a enviarnos el programa con el contenido de las sesiones previstas en el taller, según el modelo que viene desarrollando una organización estadounidense dedicada a lo mismo que pretendemos nosotros. Programa que nosotros decidimos estudiar con el fin de adaptarlo a lo que consideramos son nuestras preocupaciones a la hora de acometer un proyecto de este tipo. Ya aquí el grupo creció hasta la docena con cuatro nuevos miembros;  y ojo, no es que diez y cuatro sean 12, es que dos de los diez iniciales pasaron tras la primera reunión a la reserva, por razones que van desde las ocupaciones hasta los sueños.
El siguiente hito vendría dado por la visita cursada a la Granja, a no ser por la iniciativa de Basi quien entra en contacto con una experiencia comunera holandesa en la proximidades e Amsterdam autodenominada WANDELMEENT y sobre la que Mark y Judith tuvieron la atención de informarle y contestar a las preguntas que sobre sí mismos le cursamos.  Respuesta traducida por Julia, mientras aguarda completemos un cuestionario con las mil preguntas que se nos puedan ocurrir hacer a quienes ya han recorrido el camino que nosotros pretendemos recorrer.  Por cierto que esas preguntas pueden cursarse por correo o en persona, pues ya hay quienes piensan en organizar una excursión para observarles sobre el terreno.

Volviendo a la Granja, el 8 de junio, 

otro sábado como puede comprobarse, comimos, disfrutamos del paisaje desde los amplios ventanales de la casa construida por Miguel Angel y de la compañía de su familia y compañeros de jubilares, otro Miguel Angel, Gonzalo y Olga, abogada esta última responsable de todos los trámites legales y burocráticos que conlleva el desarrollo del proyecto según el modelo jubilar. Sin desmerecer la comida y el entorno, el principal interés de la reunión estuvo en las preguntas realizadas a los jubilares sobre su proyecto e intenciones. Quedo claro que su propuesta pasa por la constitución de una cooperativa de cesión de uso, que nosotros mismos a través de dicha cooperativa nos convertimos en promotores del proyecto y que como tales decidimos desde su localización hasta el diseño de las viviendas, los servicios comunes,  los proyectos sociales y las normas de ingreso y convivencia. Eso sí, el riesgo recae íntegramente sobre nosotros asumiendo la Asociacion Jubilares, es decir Miguel Angel y sus compas, la redacción del proyecto, la asistencia a la cooperativa, la negociación con los ayuntamiento y la construcción, sobre una constructora que también nosotros habríamos de seleccionar.
Los servicios posteriores para la atención específica a las personas en su vertiente geriátrica nos proponen la figura del gestor AICP,  Asistencia Integral y Centrada en la Persona (AICP) de la mano de la Fundación Pilares para la autonomía personal. Figura que si bien de momento no existe esa fundación quiere impulsarla. No obstante quedó claro, que ese modelo es solo una propuesta pues dado que todavía no se ha probado con nadie, nosotros podremos optar por el que mejor nos parezca.
En la reunión se continuó hablando de la inicial propuesta de la Asociación de inscribirnos en la misma con una cuota de 30 euros y de suscribir un acuerdo de colaboración.  Acuerdo, cuya redacción inicial facilitada por la Asociacion estuvimos  leyendo pormenorizadamente y del que ahora disponemos de una nueva redacción en la que Jubilares trataron de recoger todas nuestras propuestas.
También en la misma, volvimos a hablar de un suelo dotacional de 6000 m2 que en Torrelodones Miguel Angel había localizado en una urbanización a 7 minutos de la estación de tren, por el que pedían medio millón de euros.  Buen precio pese a los más de 1000 euros que en gasto de comunidad habría que abonar mensualmente.
Así que, finalizada la reunión, y de regreso a Madrid, decidimos pararnos para observarlo y observar otro terreno más en el casco, nuevo no viejo, que aunque por su precio nos era inaccesible, dos millones y medio, nos podía servir también como referencia. Y así lo hicimos, vimos uno y vimos el otro, atrayéndonos mucho más, como no, el inaccesible dada su céntrica localización. Los bares y supermercados colindaban con el mismo. Del primero, aun cuando el paraje era muy bonito, nos dejaba un tanto aislados en una urbanización de casas a su vez aisladas.

De inmediato Julia 

recibe una cita para reunirnos con Alberto, el arquitecto de Torrelodones,  el martes  11 para hablar de nuestro proyecto. Cita que obtiene tras varios meses de insistencia y en la que nos reciben con toda la atención y amabilidad del mundo. A Julia la acompañamos tres más del grupo y Miguel Angel.  El arquitecto tenía estudiado y así nos lo mostro, todo el suelo municipal y edificios propiedad del ayuntamiento que podría interesarnos para nuestro proyecto. De momento desechamos los edificios, aun cuando posteriormente hemos hablado sobre la conveniencia de estudiarlos igualmente. De todo el suelo que nos ofrece destaca sobremanera un solar de 5000 m2  situado a 6 minutos del ayuntamiento y a 3 del centro de salud y de los servicios sociales.  Planito, ideal para la construcción de los apartamentos y de una corrala si se tercia dado que la ocupación permitida es del cien por cien. El único inconveniente es el precio, la repercusión del uso del suelo seria aproximadamente de 90.000 euros anuales, lo que en el caso de construir 25 apartamentos supondría unos 300 euros mensuales por apartamento. Aparte, obviamente, del crédito que finalmente nos suponga. Es decir, que a los apartamentos que según Miguel Angel podrían costar 150.000, habría que descontarle los 20.000  iniciales que se supone sería la repercusión del suelo  y sumarle los 300 anteriores mensuales.  Todo esto por 75 años que es el tiempo máximo por el que se supone nos cederían el uso del suelo, eso si tras un concurso público al que habría que presentar nuestro proyecto y el que, dependiendo de su interés, podría reducirse el precio de la repercusión.

Tras esta volvimos de nuevo a reunirnos en 

casa Jabalí donde acordamos explicar el proyecto a más personas, entendiendo  que un grupo más numeroso de gente aumenta su viabilidad, y convocarlos el 21 de septiembre en el conocido local de UDP para que de nuevo jubilares les explique el proyecto. Además nos comprometimos a estudiar durante el verano el contenido del taller y hacer una nueva propuesta del mismo más adecuada a nuestra preocupaciones actuales. Finalmente, ya anocheciendo, buscamos un nombre para nuestro grupo quedando, si mal no recuerdo, finalmente por decidir entre una terna de nombres:  Alhamar, Baraca y Meridiano.

Aun cuando hace tan solo una semana aquí hubiera puesto 

punto final al relato resulta que en un accidentado curso impartido a miembros de UDP en el Escorial, se dió a conocer Federico Armenteros, presidente de la Fundación 26 de Diciembre, que además de asistir a dicho curso asistía a una asamblea que celebró UDP, donde entre otras debatió el informe de las pensiones de esa llamada comisión de expertos y de las que tanto dependemos para nuestra jubilación. La Fundación pretende, entre otras velar por las necesidades de los mayores gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB), que se han integrado como sectorial dentro de UDP.  Del interés de estos por construir un jubilar nos había hablado Miguel Angel, informándonos de que su proyecto inicial se había paralizado.
Este proyecto se llamaba Residencial XXVI de diciembre y consistía en un complejo compuesto por estudios y apartamentos de una y dos habitaciones, todos totalmente equipados e independientes, pero contando con numerosos servicios en el complejo desde comedores, lavanderías hasta, centros médicos y tiendas. Tenía, como podéis comprobar, su estudio económico que sufragaban los miembros de la cooperativa que se creaba a tal fin.  
El proyecto se llevaba a cabo en Rivas y la principal razón para pararlo fue económica. Para acceder al mismo había que convertirse en promotor de las viviendas, es decir, en la mayoría de los casos vender la propia vivienda o hipotecarla para comprar la nueva.   Lo que nosotros nos planteamos. Y ellos pensaron que eso es una animalada. Que no es adecuado cuando te planteas como jubilarte prescindir de tu casa y volver a pelear con los bancos por un crédito. O hipotecarte de nuevo, con el riesgo que ello conlleva. Por lo tanto reformularon el proyecto. Buscaron un promotor que asuma el riesgo, como si de un negocio se tratase, pues así lo presentan, y que alquilen los apartamentos. De manera que todo el mundo pueda mantener su casa alquilándola si necesita el dinero para pagar el apartamento y vendiéndola y disfrutando del dinero que obtenga a cambio. Estiman que el coste de alquiler pro estudio puede rondar los 400 euros sin entrada de ningún tipo.
Otra de las razones por las que le proyecto no prosperó es por su localización. Ellos quieren estar en Madrid. Y para ello ya han hablado y llegado a acuerdo tanto con la comunidad como con el ayuntamiento quienes en principio les han mostrado todo su apoyo.
Federico se brinda a contarnos su proyecto, que no es excluyente y admite muchas variaciones pues están al igual que jubilares en el inicio.  

Y Federico nos contó su proyecto. 

La primera semana de julio, comenzando la fiesta mayor de LGTB , nos reunimos con él de nuevo en al sede de UDP Madrid. Nos presenta su proyecto, que lo es de la Fundación 26 de diciembre, como muy avanzado en lo relativo a las negociaciones con el Ayuntamiento de Madrid para la cesión de suelo y a la busca de promotores para el mismo. Confirma lo descrito en el párrafo anterior, ofreciéndonos la posibilidad, como grupo, de participar en el mismo. Sin embargo, dadas las dimensiones de su iniciativa, prevista para grupos que rondan las 200 personas, se comentó en la reunión la posibilidad de ir juntos pero no revueltos, es decir, organizar la edificación en clusters o pequeños grupos que compartiendo lo más general con el conjunto, puedan desarrollar su propio proyecto de convivencia.

Y en eso estábamos cuando llegó el verano 

y con el la diáspora que aplazó hasta las nuevas otoñales las reuniones y gestiones para llevar a buen puerto nuestro sueño.  Solo destacar los comentarios de Miguel Angel, (Jubilares) a nuestra intención de buscar nuevas vías para desarrollar el proyecto, "todo es posible y en la fase en la que nos encontramos el equipo de Jubilares esta dispuesto e interesado a retomar según esta nueva directriz, el proyecto inicial acompañándonos en su desarrollo".


Para explorar nuevas posibilidades 

y explicar las razones por la falta de comunicación del grupo con Jubilares, hubo un reunión de Manu y Javier con los Miguel Ángel de Jubilares el lunes 7 de octubre. En esa reunión le manifestamos las inquietudes que asaltaron a algunos de quienes iniciamos el proyecto y el interés que despierta e nosotros el proyecto de la Fundación 26 de diciembre. Proyecto que nos evita tener contraer deudas que ponen en juego el único patrimonio de que disponemos, nuestras casas, para construir una vivienda sin saber muy bien cuando podríamos llegar a disponer de ella.
Por otra parte existía el temor de que los créditos que asumiese la cooperativa reportaban una responsabilidad solidaria. Recordemos que una responsabilidad solidaria es una responsabilidad en la que si firmamos con otras personas y estas personas no se hacen responsables de sus pagos, nosotros nos hacemos responsables de los pagos de los demás. 
Respecto a este último punto Miguel Ángel nos indicó que el crédito se asumía de la forma que nosotros quisiésemos en la negociación que deberíamos mantener con los bancos, y que la mas natural era la forma mancomunada, que no exigía responsabilidad alguna a los demás por el impago de alguno de sus miembros.
También nos indicó que había hablado recientemente con la gente del proyecto FIARE, de banca ética, que habiendo obtenido la autorización para operar como banco, estaban en condiciones de asegurar una financiación de proyectos como el nuestro al 60% mínimo. Esta banca difícilmente exigiría un respaldo solidario para realizar el préstamo.
Respecto al proyecto de la Fundación nos indicó que en cualquier caso sería siempre más costoso, pues un promotor ha de ganar. Al señalarle nosotros que aun siendo eso cierto un alquiler nos evitaba la necesidad de capitalizar nuestras casas, él nos dijo que vender no era lo más oportuno en un momento como el actual y que los alquileres, como forma de rentabilizar nuestras viviendas, era, hoy por hoy, la mejor.
Ponía igualmente reparos al proyecto de la Fundación porque los promotores, al buscar la máxima rentabilidad, obligaban recibir servicios como el de comidas. 
Aun así estuvo conforme con la importancia que tiene asegurar, desde el primer momento, cualquier posible dependencia mediante una cuota fija. Pero señalo que eso era posible llevarlo a cabo sin promotor alguno. Para lo que se compromiso a ponernos en contacto con la empresa Eulen para que nos hiciera una oferta de seguro de este tipo.


Retomamos así el contacto con Jubilares 

quienes nos siguen considerando parte de la asociación y grupo de interés prioritario para para llevar adelante un proyecto de vida en común. Para ello se comprometieron en facilitarnos un presupuesto lo más aproximado posible y seguir estudiando formulas de financiación.


En la sobremesa de un cocido tradicional 

unas cuantas personas que formamos parte del proyecto el domingo 13 de octubre además de confirmar el nombre de "Proyecto Meridiano" para este en el que estamos metidos, comentamos la reunión con Jubilares, estudiando los nuevos pasos a dar para continuar con el proyecto. Éstos pasan por reunirnos de nuevo con Federico y los promotores de su proyecto, para ver si es posible el diseño de un complejo como el que se planteaban en barriadas o "clusters" que permita delimitar los servicios compartidos y organizar otros colectivamente en grupos más reducidos, como el nuestro.
También están previstas reuniones con responsables de la administración autonómica y del Ayuntamiento de Madrid, para estudiar el tema de las cesiones de suelo. En todo caso, y atendiendo a un sentimiento expresado por miembros del grupo, se hace necesario organizar una reunión que nos permita reflexionar sobre todo lo aquí expuesto y planificar y distribuir actividades que nos acerquen más al proyecto que compartimos.





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