Relato Meridiano.

La Asociación Meridiano en Común inició su andanza en 2012 a partir de unas charlas informales entre un grupo de amigas y amigos preocupados por los cambios que en la vida nos depararía nuestra próxima jubilación. Reflexionando sobre algunos de los riesgos que acompañan a la edad, la soledad, la fragilidad, fuimos conscientes del valor de nuestra relación y de la amistad para hacerles frente. Y la mejor forma de potenciarla y con ello el apoyo mutuo que siempre nos habíamos prestado, entendimos que podía ser vivir juntos, naciendo así este Proyecto de vida en común.
Al pequeño grupo inicial poco a poco se fueron uniendo más personas, amistades de amistades y así a las 10 iniciales, al año siguiente se unieron otras 6, creciendo poco a poco hasta las 60 actuales en el año 2020.
Lo que al principio era una mera búsqueda de viviendas anexas, el contacto con asociaciones y grupos con los mismos intereses se fue configurando en un modelo de convivencia que nos permitiese, aparte de apoyarnos mutuamente, trabajar a favor de la comunidad y de nuestro entorno como a lo largo de nuestras vidas habíamos venido haciendo.
El Proyecto que acabamos delineando se asentaba así sobre cuatro pilares básicos: apoyo mutuo, autogestión, compromiso solidario hacia la comunidad y búsqueda de un espacio donde poder llevarlo a cabo. Todo ello lo formalizamos en septiembre del año 2016 constituyendo una Asociación que inscribimos en el Registro Nacional de Asociaciones con el nombre de Asociación Meridiano en Común que incorporamos a la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados y a la Asociación Provincial de Mayores y Pensionistas de Madrid-UDP.
Al principio alguna entidad ajena al grupo, más o menos profesional, nos asesoró sobre el camino a recorrer. Pero en el año 2016 sus intereses profesionales colisionaron con nuestro afán de ser personas activas y comprometidas con nuestros actos, aun a riesgo de confundirnos.
Comenzamos a desarrollarnos, dando prioridad, por encima de las demás tareas, a la consolidación del grupo para tener alguna posibilidad de llegar a buen puerto. En este sentido las comidas, celebraciones, casas rurales, actividades, balnearios, pasaron a ser medios muy agradables para conocernos, convivir y fortalecer así nuestros lazos interpersonales.
Mientras tanto nos reunimos en numerosas ocasiones para ir concretando y consensuando diferentes cuestiones: número de personas, edades, modo de incorporación, qué tipo de apoyo podríamos darnos, qué actividades sociales llevar a cabo, características comunitarias de la edificación, cómo atender la fragilidad y la dependencia…. También se crearon distintas comisiones para encargarse de aspectos concretos que servirían para crear las bases de nuestro proyecto: comisión de elaboración de estatutos y reglamento, de economía y finanzas, de relaciones con la Administración, de abordaje de la dependencia, de gestión de nuevas admisiones, de cuestiones espaciales y gastos, de ocio….
También consultamos y visitamos experiencias similares que nos han precedido. Siempre  encontramos un amable y desinteresado apoyo y orientación; dentro de España especialmente en Trabensol, Los Milagros y Convivir.
A lo largo de 2018 se realizaron diferentes reuniones y asambleas donde se avanza y a la vez se presentaron nuevas dificultades. Tomamos decisiones que determinaron radicalmente nuestro presente, como fue optar únicamente por Madrid capital, para localizar territorialmente nuestro proyecto. Madrid fue a lo largo de nuestras vidas laboralmente activas el centro de nuestras relaciones, trabajo, ocio, compromiso social y queríamos que continuase siéndolo. Esto supuso un importante obstáculo de partida dadas las dificultades para obtener suelo en la capital.
También decisión importante fue la de optar por el desarrollo de un modelo público donde nuestras aportaciones no se tradujesen en propiedades futuras, aquí no vamos a estar, si no en un equipamiento de carácter comunitario de servicio público. Así que nos pusimos manos a la obra para contactar con las administraciones de Madrid (Ayuntamiento y Comunidad), para proponerles y explicarles los beneficios de nuestro modelo convivencial, no solo para las personas que formen parte de un Proyecto de Cuidados Compartidos entre Mayores, sino para el distrito o barrio en donde se sitúe un equipamiento de este tipo, desarrollado por una Asociación o colectivo como el nuestro, decidido a implicarse en su entorno realizando una labor social también a favor de los mayores (sobre la soledad, aislamiento, fragilidad, prevención de la dependencia…). Todo esto supondría un modelo innovador, que implicaría considerar desde la Administración esta opción como integrada en el catálogo de servicios sociales para mayores.
Cómo no sabemos cuál será la figura jurídica que mejor nos permita desarrollar nuestro Proyecto, decidimos formar una Cooperativa. Proceso largo y plagado de dificultades. Nos aconsejaron que la fórmula de Cooperativa de Consumo y Usuarios era la que más se ajustaba a nuestros objetivos, pero en el Registro de Cooperativas de la CAM nos negaron esta posibilidad y tuvimos que volver a empezar los trámites y constituirnos en Cooperativa de Vivienda. Proceso culminado en abril de 2019 que quedó constituida nuestra Sociedad Cooperativa Madrileña Meridiano Uno.
En el transcurso de toda esta experiencia han surgido como, no también desavenencias. El paso del tiempo causa estragos cuando el horizonte no va más allá de tu mano. Ocho años no transcurren de igual forma a los 30 años que a los 60 y no digamos a los 70. Y todavía no tenemos fecha, ni podemos casi imaginarla, para que nuestro proyecto se haga realidad.
Por eso se han abierto vías para que personas asociadas a Meridiano se incorporen a proyectos privados fuera de la capital o para que aquellas cuyo patrimonio se lo permita construyan en la capital. Y aunque la mayoría continua todavía apostando por el modelo público se reconoce este derecho de la minoría que, de esta forma no abandona a la Asociación.
Este modelo público lo dimos a conocer en unas Jornadas sobre “SOLUCIONES HABITACIONALES PARA COMPARTIR LOS CUIDADOS ENTRE MAYORES” que realizamos (Asociación MERIDIANO y UDP, con el apoyo del distrito Retiro del Ayuntamiento de Madrid)) los días 23 y 24 de noviembre del 2018, en el Centro Social Clara Campoamor de Madrid. Tras un interesante y participativo debate, los cuatro partidos presentes en ese momento en el Ayuntamiento de Madrid (mostrando una excelente disposición), se comprometieron a adoptar medidas para el desarrollo de centros convivenciales autogestionados de mayores. Para estos Proyectos centrados en los cuidados compartidos y en la actividad comunitaria nos brindamos a colaborar en todo lo posible.
Posteriormente este compromiso se concretó en el PLENO del AYUNTAMIENTO de Madrid del 26 de febrero del 2019 en el que se aprobó -por unanimidad de los cuatro grupos municipales- una proposición para “impulsar el desarrollo experimental de comunidades de cuidados compartidos de mayores y al mismo tiempo instar a la CAM a desarrollar este tipo de comunidades y a reflejar jurídicamente este tipo de proyectos de envejecimiento activo y autónomo”.
La iniciativa aprobada “plantea, entre otras medidas, la existencia de apartamentos, que funcionarían de manera similar a las residencias tuteladas de mayores, como entidades autogestionadas de tamaño reducido capaces de responder a las necesidades de sus habitantes. También el Ayuntamiento se plantea permitir el desarrollo de estas comunidades de cuidados compartidos en suelo dotacional genérico o de servicios sociales, particularmente en suelos de titularidad pública, para proyectos de gestión privada por entidades sin ánimo de lucro, preferentemente formadas por asociaciones o cooperativas”.
El delegado del Área de Salud, Seguridad y Emergencias agradeció el trabajo de la Asociación Meridiano para la elaboración de esta iniciativa ya que el trabajo del tejido asociativo “es indispensable en cualquier política pública”. Además, ha señalado: “la productividad de las personas mayores es, para una ciudad como Madrid, de un valor incalculable. Su experiencia, conocimiento y capacidad no concluye con el fin de la relación laboral, ni desaparece cuando cesa de computarse como salario”.
“Es necesario permitir a las personas mayores ser protagonistas de nuevas formas asistenciales que, además de asegurar su independencia y autonomía, pongan en valor su capacidad de ser personas productivas, capaces de cuidarse y de cuidar de los demás”. Por último, el Ayuntamiento dijo que estudiaría fórmulas de apoyo y ofrecimiento de garantías públicas para la financiación de este tipo de iniciativas.
Al Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social de la actual corporación del Ayuntamiento de Madrid, así como a la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid seguimos planteándoles la necesidad de impulsar las Comunidades de Cuidados Compartidos entre Mayores promoviendo en este sentido, una convocatoria en suelos de titularidad pública para su implantación. Este es el momento en el que estamos, trabajando para concretar al máximo nuestra propuesta y muy ilusionadas, todas las personas que componemos Meridiano.

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